

La escena que difundió nuestra compañera, la ministra de Ambiente bonaerense, Daniela Vilar, es una muestra clara de que en Lomas de Zamora la clase trabajadora no se olvida del gobierno de Néstor y Cristina: un vecino tatuado con el rostro de la ex presidenta la saludó con emoción y le dijo: “Te amo Cristina, la verdad te amo. Sos la mejor presidenta que tuve, esto va a pasar, dale para adelante”.
Cristina, conmovida por el gesto, respondió con palabras de gratitud: “Gracias Ramón, gracias por el afecto. No sabés lo bien que me hace cosas como estas. Verme tatuada en el brazo de un laburante en el Conurbano bonaerense me encanta”.
Lejos de la narrativa de odio que baja desde la Casa Rosada, el amor popular por Cristina sigue vivo en cada barrio. La propia ex presidenta lo sintetizó con una frase cargada de emoción: “Verme tatuada es un golpe maravilloso al corazón”.
En Lomas, donde la memoria kirchnerista se respira en las calles, los laburantes siguen eligiendo recordar lo que significaron la AUH, las jubilaciones, el Fútbol para Todos, el Conectar Igualdad y tantas políticas que transformaron la vida cotidiana del pueblo.